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11 octubre, 2007

Sudden (XI)


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.- Lankin: ¿puedo abusar nuevamente de su hospitalidad y permitirme reunir a su tripulación?. Necesito averigüar algo con suma urgencia. Confíe en mí, se lo ruego.
.- Adelante, Capitán South, mi tripulación está a su servicio. ¡TRIPULACION, AL PUENTE!

.- Mil gracias por sus muchas gentilezas, Lankin. Quédese aquí, a mi lado y comenzaremos:

.- ¿Alguno entre vds. ha visto zarpar una chalupa desde el Sudden?

Los tripulantes del Treasure se mitan entre sí, sin saber muy bien a dónde va a conducirles mi pregunta...

.- Sí Señor. Yo he visto una chalupa, Señor-aseguro una de ellos-

.- Bien-y me abro paso hasta llegar al que ha hablado. Dígame: ¿cuántas personas iban a bordo?

.- Una sola, Señor. Me pareció reconocer al Oficial del Sudden, Señor.

Tragar saliva es el mejor recurso cuando se uno se percata de que va a perder la compostura: ayuda a recomponerla y a refrescar ideas y garganta. Cuando la lengua no se ha mutado en un trozo de lija.

.- ¿Se fijó vd. en algo más?. ¿Víveres? ¿Papeles? ¿Rumbo?
Cualquier cosa que recuerde, por inútil o estúpida que le parezca. No se calle nada.

.- No sé, Señor... déjeme hacer memoria. ...............
si llevaba mapas no lo sé... si los había protegido de la sal y el agua bajo su casaca no podría decírselo, porque no podía verlo desde aquí. Víveres.... ví un pequeño barril, del tamaño de los que usamos para transportar el agua dulce... y un saco de tela pequeño... si en él llevaba víveres no creo que le ayuden a sobrevivir mucho tiempo... y no recuerdo nada más, Señor. Nada que me llamara la atención, salvo el hecho de verle bogar lejos del Sudden y del Treasure. Y que remaba en dirección Noroeste... contraria a la que llevamos los dos barcos.

.- Gracias, marinero. Me ha prestado un gran servicio.

.- Lankin: le quedo muy agradecido. He de volver inmediatamente al Sudden: necesito registrar conzienzudamente el camarote de Kilmer. Entre tanto, tomaremos el mismo rumbo que dice su tripulante haberle visto tomar. Si está acertado y nos acompaña la suerte, deberíamos alcanzarle en pocas horas.

.- Entiendo. Pero no le voy a desear que quede con Dios, Hemos hecho un pacto y voy a respetarlo. Recuerde que ahora somos una pequeña flota.

.- Pacto o no pacto, Capitán Lankin: no podrá evitar que le bendiga el resto de mis días por su generosidad.

A mi disposición una chalupa que me regresa al Sudden y comienzo, en solitario, el registro de las pertenencias de Kilmer.

Faltan algunas cartas de navegación... algún instrumento... un compás, una "aguja de marear"...

Y... se ha dejado su astrolabio... tiene el cristal abierto...

Suficiente información. Le encontraré. Aunque ninguno de los dos vuelva a pisar jamás el Sudden.

South

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Un nuevo amanecer va desplazando las sombras de la noche: contemplo (adormilado, con apenas un punto de interés) el lento avance de la luz sobre la oscuridad en el entarimado del Sudden. Con un pie en la ensoñación y otro en la ausencia, me pregunto qué clase de día será el de hoy: quizás sosías de ayer, de mañana... ni aún aquí las cosas parecen cambiar: desde que ordené instalar esta red bajo el bauprés... aún no he conseguido divisar un solo delfín.

Un esfuerzo de voluntad me gira hacia la tripulación, atareada en una febril actividad que no alcanzo a entender... ya no queda nada por hacer hasta regresar a La Tortuga. Nada por hacer que antes no se haya hecho antes: ¿de qué sirve filar un cabo cuando ya ha pasado la tormenta y no mientras se desata?. Y, aún así, todo en este barco son ahora tareas de fortuna. Con cierta mar de fondo y chicha eólica... dónde estará la urgencia...

El no requerido matasanos de a bordo aconseja descanso. ¿Tendrá un remedio que descanse la decepción y fortalezca ilusiones? ¿Poseerá un hechizo que abra los corazones y las mentes y los haga transparentes?. No.
Ni aún puede ofrecer una herramienta de ciar en el Tiempo... pero sí remedios para un mal que no acierta a localizar y aún así diagnostica.

Aceptaré nuevamente la hospitalidad de Lankin y su Treasure. Si permanezco en el Sudden por mucho tiempo, todo la actividad se olvidará y volverán las cosas al principio. Lo sé.
Porque es bueno saber que el Capitán está ahí... para encargarse de jarcias y maniobras y ofrecer una seguridad que sólo se ha de disfrutar... como algo "debido". Pues sólo se aprecia (o denosta)cuando desaparece.... ya que es más fácil exigir que dar si se recibe sin aprecio.

Si el Sudden escora no será por mi causa: no estoy atado al timón.

South

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