-->
Lo último:

11 octubre, 2007

Sudden (IV)


|

No es posible hacerse a la mar sin provisiones; y a marchas forzadas rebusco los rincones de la isla, los bolsillos de los traficantes... cualquier cosa que pueda servirme de mínimo para zarpar. Los barriles de sal y el alimento en salazón ocupan ya la sentina y mi camarote está dispuesto con todos los instrumentos de navegación que he podido recoger aquí y allá. Ya ondea la jolie rouge y Njord ocupa su lugar de cara al horizonte.

La tripulación está preparada: hay quizás dos en el grupo que no me causan buen presagio, pero habré de esperar, ver y resolver. Mi primer oficial es hombre de palabra, y eso basta, por el momento.

Mi única posesión, con un alfanje, cuelga ahora de mi cuello: dos ángeles pendientes de los extremos de una cruz dorada, alfa y omega.

Ni un minuto más esta luna que siempre parece igual sobre los contornos inmutables de la isla. Ni un minuto más este desvarío que pretende un afecto constante, un abrazo que lo funde todo en la noche... menos a este pirata "asexuado" y sin identidad.

El Sudden Death ya ha sido botado y su alma, que la tiene, espera más impaciente que la mía la leva del ancla. Al amanecer partiremos sin rumbo cierto. Pretendo extraviarme.

South

----------------

Cinco jornadas de viaje desde que levamos el ancla en el fondeadero del archipiélago...

El océano es inmenso y la suerte no siempre trae los vientos propicios , los avistamientos precisos.

Calma chicha. Navegando siempre rumbo al nordeste, pronto encontraremos algún galeón español (probablemente desarbolado por los esbirros de su Británica Majestad), cuando no una galera de mi proyecto de presa: corsarios, la escoria de los mares... cargadas las sentinas hasta el punto de, seguro, tener que hacer sitio a la rapiña entre el escaso espacio que medie entre los galeotes encadenados a los bancos, a los remos.

Espero sorprenderlos de vuelta a su isla, cargados de tesoros, que pasarán a otras manos: las mías.

Es una noche de bruma, sin luna ni estrellas. Y es tan ominosa la negrura como el calor que me impele a subir a proa y escrutar el mar desde el occipital de Njord. Miro sin ver, seguro de que el vigía está haciendo compañía a Morfeo en el Olimpo o donde quiera que se halle. No tengo ningún deseo de comprobar si la tripulación de guardia se halla en sus puestos... esta noche, no...

Esta noche, a falta de un presente tan sólido como el Sudden, recuerdo de dónde vengo, por qué estoy aquí. Repaso deslealtades, mentiras, para proponerme arrojarlas por la plancha para siempre; y decirme que nunca volveré a ser presa... no, al menos, fácil:

Recuerdo esos bailes de salón: las golas europeas, el afectamiento de las lenguas y el cruzar de dedos en sus mentes: todo consiste en no perder el ritmo, el paso, la armonía de la danza, porque el espectáculo debe continuar, y son muchos los que observan y anotan.

Recuerdo promesas de amor rendido, desmayado, de amor cobarde fueron, ni tan siquiera amor. Tan sólo puñales escondidos bajo el encaje y espectáculo para la bienpensante sociedad del "pobre caballero" que sufre de mal de amor: recuerdo haber consolado, animado, erguido, en los malos tiempos... cuando llegaron los buenos no tuve noticia, no tuve derecho a compartirlos: y entonces se abrió en mí la conciencia del "uso", de haber sido manipulado, usado y olvidado (olvido yo también que en aquél entonces mi camisa era corsé: la ira,la amargura, hacen "hombres")

Ants de decir adiós a este mundo de oropeles de latón, de barnices rascados y hallados podridos debajo del brillo. quise intentarlo una vez más... no sólo obtuve nuevas mentiras, sino que las culpas contra mí volviera... tanta hipocresía... Cansado de batirme en duelo con las palabras que no dan agua a quien se empeña en vivir el desierto, cansado de esperar una sola verdad, un primer y único acto de valentía del cobarde, del siempre asustado de dar alguna vez afecto ya que siempre lo toma... pedí la paz y y nuevamente se me negó. Entonces, con corpiño y enaguas, ahora, con sólo mudar de atuendo, soy más hombre que tú.

Tan alejadas del Mundo y del mundo estas Islas del Olvido, Islas de los Condenados, Islas de los Proscritos, Omitidos y Miserables, Islas de los Mártires de la Mentira... detrás queda la "civilización".
Y allí queda el muy "civilizado" y gélido Paris: sepultado en el Mar del Olvido y del Desapego que para sí mismo creó e hizo crecer. Acompáñese de lethos y argos por siempre: quizás Languidez escuche sin replicar sus excusas y Olvido soporte impertérrito sus milperdones sin arrepentimiento ni enmienda.

Madruga hoy el amanecer...

South

.


Recientes...
◊ Copyright 2007 :Adaptado por Junio Subscribir Entradas Entradas RSS | Subscribir Comentarios Comentarios RSS