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11 octubre, 2007

El Confesionario


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(Prolegómenos)

Padre, para empezar, me acuso de que hace siglos que no me confieso. No me riña: mejor explíqueme por qué necesito un intermediario que escuche cosas de las que no me siento orgullosa y por qué no pueden perdonarme "directamente".

Otra cosa: que no tengo ni idea de lo que significa "pecado", ni sé cuales son (a pesar de lo que recuerdo del Catecismo) ni de qué magnitud: tan sólo sé que cuando algo no lo hago bien, la conciencia me irrita, y me arrepiento de lo que he hecho para prometerme que no volveré a hacerlo más, y pido perdón si sé que he hecho daño.

Si todo ésto lo sé "directamente", desde mi interior ¿por qué no llega por la misma línea diecta y hay que pasar por esta "burocracia"?.

En fín: no me haga caso Padre, porque si lo piensa bien igual me excomulga.

Lo malo es que hay días que el arrepentimiento no aparece por ninguna parte. Verá vd., Padre:

Es que tengo que apañármelas para desahogar mis problemas, que son como los de todo quisqui, por donde puedo, "a pelo": pero tengo que resolver problemas ajenos... al menos escucharlos y dar mil vueltas sobre ellos, cuando no soy capaz de pensar tanto siquiera en los propios.

Le explico: es que llevo una temporada... que parezco un diván de psico-analista.Y no es que me disguste... es sólo que termino por asumir los problemas ajenos, y que ya tengo bastante con los propios. Y como que digo ¡basta!, antes de somatizar algo por las cosas que le pasan al resto del mundo: ya sé que hay vidas muy desgraciadas, y además solitarias... nada tengo que decir, y me gusta y me alegro de que acudan a mí. Pero qiisiera que no lo descargasen todo sobre mi espalda, como si yo fuera un Bulldozer. Que luego quien tiene la depre soy yo, pensando en Fulanito y en Zutanito.

¿Que soy muy egoísta?. Pues sí: Desde este fín de semana, fíjese:

Que me entero que me presentan a alguien sólo por "sacárselo de encima"... y yo no tengo ningún problema, que a nuestro club le llamábamos "El Camión-Escoba", porque fuimos creciendo a base de "recogernos" después de tiempo y circunstancias. Ese no es el problema:

El problema es que esa persona en cuestión está fuertemente perturbada: y me lo cuentan ahora: ahora que esa persona ya me ha confiado su vida y sus problemas. Ahora que ya piensa en que pasen dos semanas para volver a quedar. Ahora que ya no hay marcha atrás, porque soy incapaz de abandonar a nadie (a menos que me abandone. Cuando las cosas se dejan claras, no hay nada que hacer).

Pues ahora vienen y me cuentan lo que debieron haberme contado desde un principio. Y es que se me queda esa persona absorta, mirando en la lejanía, tan ausente a veces, que no sé si estoy sola. Y como que no sé ni por dónde empezar con ella.

¿Lo ve, Padre?: Me han vuelto a liar. De nada me sierve que un amigo riñera a quien me hizo la presentación y le llamara "jeta" por no haberme diho nada.

El caso es que ya me eché otro problema encima.

Y no me hable de resignación cristiana, por favor. Que bastante tengo con lo mío, por muy egoísta que le parezca y como si tengo que rezar un misal entero de penitencia.

Porque cuando alguien cuenta un problema, lo suelta y carga a quien escucha. Imagino que lo sabe, porque es su profesión ¿verdad, Padre?. Por eso yo los suelto en la máquina.

A ver de qué me sirve, si ando con problemas ajenos como éste a cuestas todo el día. Y claro: no sirvo para pasar olimpicamente. No soy capaz de semejante desprecio.

Bueno... ¿tengo absolución? Porque se me llevan todos los demonios de pensar en los cientos de secretos que me llevo a la tumba desde que cumplí catorce años. Creo que voy a explotar: no me cabe uno más. En serio que ya pesan demasiado.

Junio.

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