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06 abril, 2007

"Pestañas"


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Erase una vez un niño que nació con unas pestañas enormes: y ya se sabe que las pestañas sombrean los párpados de tal forma que, cuanto más largas, más hermosos hacen los ojos. Pero, como todo... dentro de un límite.

Porque el niño crecía y, con él, sus pestañas, que llegaron a hacerse inmensamente largas y espesas... de tal manera que terminaron pr resultar un problema.

Y es que, en el cole, las pestañas se enredaban con la cuerda de saltar, con los cromos de futbolistas y con los "stacks" de Pokemon: no había manera de jugar sin que las pestañas se interpusieran en todos los juegos: hasta entre el balón de fútbol y la portería (buena cosa para parar holes, pero... es "trampa")

Los amigos comenzaban a impacientarse y a apartarse de Pestañas, que temía llegar, incluso, a no poder correr como los demás, porque las pestañas se le enredaban en los tobillos... contínuamente.

Desesperado, Pestañas le suplicó a su madre una solución. Y la madre, simpre comprensivas las madres, tuvo una gran idea:

.- "Haremos una cosa, Pestañas: Dicen que si te despuntas las pestañas con unas tijeritas, en una noche de luna llena o creciente... las pestañas crecen el doble de rápido y de largo. Así que podemos probar al contrario".

.- "No lo entiendo, mami"-se quejó Pestañas-

.- "Verás, hijo"-aclaró la mamá- "vamos a cortar tus pestañas en una noche que la luna mengüe: veràs cómo resolvemos el problema".

...........................

Y una noche en que la luna parecía crecer (que en realidad estaba menguando, porque la luna es mentirosa), la mamá de Pestañas le sacó al balcón, junto a unas tijeritas.
Y, allí, se pusieron a recortar y buscar la medida adecuada para las pestañas de Pestañas:

. "No tenemos que cortarlas en exceso, porque unas pestañas largas y tupidas son un arma poderosa de seducción de la mirada. Pero tampoco podemos arriesgarnos a dejarlas muy largas y que te causen problemas"-dijo la mamá-

Y cortado, cortando, las pestañas de Pestañas hallaron una longitud en los límites de la "normalidad".

Y resultó.

Porque las pestañas de Pestañas no volvieron a crecer desmesuradamente (sólo un poquito) y Pestañas pudo volver a jutar con los amigos sin enredarse los tobillos con sus propias pestañas.

Y vivió, a partir de entonces, muy contento y satisfecho.

Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

Junio


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