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06 abril, 2007

"La PLuma"


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Los pájaros migraban, como cada año, a sitios cálidos en los que el invierno no existe.

Una de esas aves (quizás por un giro brusco con viento en contra... igual porque así lo dictaba la fase de muda) perdió una pluma en pleno vuelo.
La pluma, aunque parezca mentira para algo tan ligero, caía a una velocidad vertiginosa: deprisa, deprisa, girando en el aire, azotada por las corrientes, casi arrancada de su cañón...
Aún poseída por el vértigo de la caída, la Pluna pensaba:
.- "Si no me destroza el viento, me romperá el choque contra el suelo. ¿Es que nadie se ha dado cuenta de que me he desprendido y caigo?"
Antes de terminar de formular este pensamiento, la Pluma se vio en el suelo: no habia sido un aterrizaje tan perfecto como si acompañase aún al ave, su propietaria... pero tampoco fue tan traumático como temía.
Cuando abrió los ojos (porque las plumas tienen ojos... y si no no lo crees, mira las de un pavo real) se dio cuenta la Pluma de qe el cielo quedaba muy lejos, muy arriba, fuera de su alcance.
Miró entonces a su alrededor, para darse cuenta de que estaba en un prado verde... completamente enfangado.
Llovía, y la Pluma tenía frío... completamente empapada, sola y desprovista del abrigo de sus compañeras de ave.

.- "¿Porqué tengo tan mala suerte?"-se lamentaba la Pluma- "¡al menos podía haber caído en una tierra soleada, como esa a la quenos dirigíamos cuando caí!".
"Aquí me pudriré, a buen seguro... en absoluta soledad, sin que nadie me eche de menos, sin compañía siquiera del sol... ¡qué desgraciada soy!".
Y, ciertamente, pasaron muchos, muchos días, de absoluto abandono para la Pluma: a veces merodeaba por allí algún pequeño roedor, que se limitaba a olisquearla y, al comprobar que no era "comida", se marchaba sin más.
Otras veces, pasaban animales más grandes, y a la Pluma le daban miedo sus cascos, capaces de triturarla de un solo pisotón...
Al menos, el sol saió para ella, y le permitió secarse, sentir su tibieza y alegrarse de seguir entera... mientras, poco a poco, con el paso de los días, la Pluma abandonaba la esperanza de que algún pájaro la recogiera... cuando menos para hacer más confortable un nido.
Un día, la Pluma escuchó una algarabía que nada tenía que ver con lo que hasta entonces había conocido...
Niños... eran niños: lo supo en cuanto las voces se acercaron a ella lo suficiente como pare reconocer en ellas esos cuerpos que había visto tantas veces desde el aire.
.- "¡Mira! ¡Una pluma!-gritó a un compañero uno de los niños-
.- "¡Déjame verla!"-gritó el otro- "Bah... es una pluma vulgar y corriente que no vale para nada. ¡Vamos a pelarla!"
Y la Pluma se dio cuenta de que allí terminaba su historia, al verse zarandeada entre dedos bruscos que tiraban y tiraban de ella, para desprenderla.
.- "¡Si no queréis esa pluma, dádmela a mí!"- escuchó decir a otro niño-
.- "¿Para qué la quieres?. ¡Si es una cosa inútil!-respondió el que la rompía-
.- "Ya veré... de momento, te la cambio por este grillo que acabo de encontrar"
.- "Eres tonto, tío... sales perdiendo con el cambio: Trae el grillo y toma la birria ésta de pluma"
Mientras el nuevo propietario de la pluma la examinaba, le iba contando en voz muy bajita, para que los otros niños no se enterasen, de sus planes:
.- "Mi abuelo tiene un bote de cristal, lleno de tinta... y me ha enseñado a tallar las plumas, para poder escribir con ellas. ¡Cuántos cuentos escribiremos tú y yo!.
Y si te estropeas el cañón al rasgar el papel, te llevaré en mi sombrero de pirata, como adorno.
Y si mi sombrero se rompe, te soplaré y haremos que vulevas a volar... y, mucho tiempo después, te dejaré en el nido del árbol que hay frente a la ventana de mi cuarto, para que les des calor a los polluelos... "
La Pluma se dio cuenta de que su vida iba a ser muy, muy larga y buena. Y pensó que, después de todo, había tenido mucha suerte al desprenderse en pleno vuelo.
FIN
(Junio)

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